Me llamo Teresa pero cuando comencé a ser ilustradora Tesa ya estaba conmigo así que con ella seguí. No podría decir si mi amor por los libros hizo que fuera ilustradora o fue mi amor por el arte pero los dos mundos fueron forjando lo que hoy es mi profesión.
Ilustrar, en mi caso, supone el reto del color . Al comenzar un proyecto siento como que empiezo una composición musical, busco la armonía pero en ocasiones persigo que algo la rompa y ese algo debía estar ahí. Al final me siento algo ecléctica pero lo necesito para divertirme.
He participado en muchas exposiciones. He sido galardonada con distinciones y premios nacionales e internacionales pero hay uno al que le tengo especial cariño y es el que me dieron en mi ciudad, Algorta, por mi trayectoria artística, el AIXEGETXO en 2015. Salí pronto de Algorta y siempre que puedo vuelvo a mis paisajes de la infancia y adolescencia.
También me chiflan las ballenas.
Pero tengo un erizo que se llama Gorka y a mi perra Duna.